Con el objetivo de llevar la música que escuchan los padres y los abuelos a nuevas generaciones, cinco amigas conformaron el grupo Sandunga, proyecto germinado en 2012 en las aulas de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Se asienta en el diccionario que la palabra sandunga es de origen incierto. Algunos atribuyen su significado a la voz zapoteca que en español se traduce como “música profunda”; su significado coloquial es el de gracia, donaire y salero, mientras que en países como Chile, Colombia y Puerto Rico es sinónimo de “parranda” o “juerga bulliciosa”.
Todos estos conceptos fueron tomados en cuenta para encajarlos en el proyecto de cinco estudiantes: Anakaren, voz, jarana y charanga; Felipa Ivonne, coros, batería y percusiones; Judy Joy, melódica y coros; Georgina, bajista y voz; y Nora, conductora y voz.
El objetivo se concentra en llevar la música tradicional a oídos de nuevas generaciones, sembrando el gusto por las canciones que nuestros padres y abuelos disfrutaron, comenta en entrevista Anakaren, fundadora y directora de la agrupación.
Con el paso de los años, Sandunga se fue transformando debido a la profesión que cada integrante desempeña, como la musicoterapia o la enseñanza dirigida a los niños. Respaldadas por su formación profesional, su agrupación dio un giro sustancial hacia el sector infantil, sin olvidar al público en general, que gusta de ritmos mexicanos y latinoamericanos.
En ese contexto, Anakaren, licenciada en psicología infantil, explica que actualmente el proyecto integra presentaciones en las que trabajan con los infantes mediante instrumentos hechos con material reciclado, haciendo énfasis en el cuidado del medio ambiente, nutrido también con cuentos clásicos, leyendas muy significativas del país, rondas, juegos tradicionales y poemas.
“Todo en un mismo espectáculo con la finalidad de fomentar la empatía, el contacto físico con los amigos y la familia, el dejar de lado el sedentarismo y hacer que el niño se mueva sin un aparato electrónico”, insiste la directora de Sandunga.
Expone que cada una de las acciones que integran a los conciertos están bien fundamentadas, además de que ven cómo la tecnología cada vez está ganando más terreno, que no es malo del todo, pero sí hay que ofrecer un extenso abanico de opciones.
Dentro de las actividades que se realizan en los conciertos también destacan los malabares, los juegos del ula ula y las pelotas como parte del espectáculo visual, además de regalar al final del espectáculo un pequeño presente en correspondencia al esfuerzo realizado en la elaboración de su propio instrumento de rehúso que se pide como requisito para asistir a cada concierto.
Sandunga es un proyecto que busca siempre favorecer a la comunidad, meta que no pierden de vista: “el objetivo siempre serán las familias y los niños, no el ser famosas, no vender discos, no vernos bonitas, eso es secundario”, destaca Anakaren.
De las cosas que han cosechado en esta carrera de tan solo siete años, es su participación en el Encuentro Latinoamericano y del Caribe de la Canción Infantil, en Guatemala, en donde se reunirán por primera ocasión a finales de septiembre con todos los grupos que hacen música infantil de Latinoamérica.
“Estamos muy contentas porque iremos a compartir lo que estamos haciendo en México, y por supuesto a aprender y absorber todo cuanto se pueda de lo que están haciendo por allá”.
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