El presidente de la Comisión de Salud, diputado Elías Octavio Íñiguez Mejía (PAN), propuso exhortar a la Secretaría de Salud y al Sistema de Transporte Colectivo, Metro, promover programas para limpieza y saneamiento de este medio de transporte de la Ciudad de México, a fin de reducir el riesgo de enfermedades en los ciudadanos.
La Zona Metropolitana del Valle de México, explicó, cuenta con 20 millones de habitantes y brindarle movilidad a cada uno de ellos implica tener un servicio de transporte público de enormes magnitudes, que genera un sinnúmero de problemas como contaminación, tráfico, estrés, pérdida de horas hombre, entre otros.
Añadió que la red del Metro cada día realiza el 78.5 por ciento del total de viajes en la Ciudad de México; por lo que “la sociedad está propensa a sufrir enfermedades por la contaminación que hay en el transporte público, dada la falta de cultura al tirar basura, y debido a que los trabajadores de este servicio no realizan su trabajo de limpiar correctamente”.
Íñiguez Mejía detalló que de acuerdo con algunos epidemiólogos la acumulación de desperdicios causa diferentes tipos de afecciones y enfermedades, entre ellas las gastrointestinales, micóticas y respiratorias.
Las gastrointestinales son las afecciones más frecuentes que producen los desechos; se adquieren por la ingesta de alimentos contaminados por heces fecales y otras bacterias.
En tanto, las micóticas afectan la piel y toman forma de irritaciones cutáneas de todo tipo. Son causadas por hongos que produce la basura al acumularse durante mucho tiempo en un espacio abierto, y también lesiona el pelo y las uñas.
Las respiratorias se adquieren, sobre todo, luego de respirar aire contaminado con virus y bacterias que se depositan en las paredes de los pulmones. Se irritan ojos y fosas nasales y se disparan los casos de asma y bronquitis.
El diputado del PAN subrayó que las enfermedades más comunes son las de tipo respiratorio e intestinal; dengue clásico y hemorrágico; otitis media aguda; conjuntivitis clásica hemorrágica; neumonías y bronconeumonías; gripe e intoxicación por plaguicidas.
Desafortunadamente, dijo, “no tenemos un control para los residuos, pues todo lo que para nosotros no es servible simplemente lo desechamos sin procurar tirarlo en distintos botes. Se carece de un saneamiento ambiental”.
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