La Reforma Política de la Ciudad de México “es la llave a la revitalización de los derechos políticos y el camino al auténtico autogobierno del cuerpo social”, reconoció el presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth.
Durante la promulgación de la reforma constitucional que reconoce a la Ciudad de México como entidad 32, en Palacio Nacional, el senador Gil Zuarth celebró el paso dado para dotar de autonomía y reconocimiento de derechos a quienes habitan en la Ciudad, aunque advirtió que la tarea apenas comienza.
El Senador argumentó que la Reforma Política es una corrección de un déficit democrático y de deberes. “No hay razón que justifique el negar al ciudadano de esta Ciudad el derecho a decidir por sí o a través de sus representantes los derechos y las obligaciones que tiene frente a su comunidad inmediata”.
“No hay argumento para excluir al ciudadano de esta Ciudad en la configuración de los poderes públicos que deben gestionar y resolver los problemas colectivos para decidir qué debe hacer cada nivel de autoridad y cómo se va a distribuir y controlar el poder local”, dijo.
El presidente del Senado reconoció el fortalecimiento de la participación política de los habitantes de la Ciudad ya que ahora, ese ciudadano podrá incidir en las decisiones porque sus representantes en la potestad constituyente, han adquirido capacidades efectivas de organización.
“Si el ciudadano de la Ciudad de México quería modificar su división territorial, la competencia de sus delegaciones, la forma de integrarlas o sus potestades tributarias, tenía que pedírselo al Congreso de la Unión, al diputado de Baja California y al diputado de Yucatán, no así al mismo diputado que eligió a la Asamblea Legislativa”.
Reconoció que los ciudadanos ven con escepticismo esta reforma y su secuela constituyente, pues no han encontrado aún en ella los motivos para creer y confiar en que su vida será diferente a partir de este momento.
Ante el escepticismo el senador Roberto Gil explicó que los ciudadanos de la Ciudad de México ahora decidirán sus derechos, sus obligaciones y el modelo de organización política que los regirá hacia el futuro pero esa tarea no la harán en solitario, ya que concurrirán a este proceso actores emanados de otras fuentes de legitimidad igualmente democrática para conformar la Asamblea Constituyente.
“Debemos honrar el consenso constitucional que hoy se sella con la mejor Constitución que alguna vez se hubiera escrito para una comunidad. No podemos fallar a los que nos miran con incredulidad o con desconfianza. No podemos fallar a los que ven este momento con profunda esperanza”, dijo, al exhortar a crear mediante consenso y pluralidad la mejor estructura para consolidar el sistema de derechos de la Ciudad de México.
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